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La importancia de la asertividad en la comunicación

Aprende a ser asertivo para comunicar mejor.

Un one-to-one con tu jefe. Una reunión en la que tienes que defender un proyecto en el que crees contra corriente. Una conversación con tu pareja. Son muchas las ocasiones en la vida personal y profesional en la que necesitas expresar ciertas cosas, defender tus intereses, comunicar tus deseos y hacerlo, sin molestar a nadie. Es decir, hacerlo con asertividad.

La asertividad es la habilidad de transmitir tus deseos, tus sensaciones, tus intereses de forma apropiada a los demás. Es saber expresar tus opiniones y pensamientos de una manera amable, sincera, abierta, directa y adecuada, logrando decir lo que quieres decir sin herir a los demás. Es exteriorizar de una forma clara y respetuosa tus opiniones evitando que la persona o personas con las que te comunicas se sientan agredidas. Parece fácil pero qué dificil resulta a veces, ¿verdad?

La asertividad es todo un arte. Es el arte de elegir el momento  oportuno, el tono adecuado y el ritmo para decir lo que necesitas decir, para expresar tus opiniones o sencillamente defender tus derechos. La asertividad es, antetodo, equilibrio y se puede y se debe practicar para mejorar tu comunicación. Es la habilidad intermedia entre la pasividad (no atreverse a decir nada y callarse) y la agresividad (cuando herimos a los demás).

La asertividad, por tanto, es una herramienta que te ayuda a ser tú mismo, a no tener miedo ni vergüenza de tus propias convicciones, a defenderlas con entusiasmo sin menospreciar ni mostrarte agresivo hacia quienes no las comparten…

Una persona asertiva es una persona con una gran autoestima, que respeta sus propias convicciones sin pretender imponerlas a los demás. Por tanto, practicar la asertividad es aumentar la confianza en uno mismo y la soltura para hacer frente a diferente tipos de situaciones.

La asertividad es necesaria en nuestro día a día… para dar las gracias, pedir disculpas, para presentarse uno mismo o formular una pregunta, para hacer o aceptar una crítica, dar o aceptar un elogio, negociar…

Es un comportamiento que se puede aprender, a pesar de que te guste agradar a todos, seas de los que prefieres evitar confrontaciones, experimentes baja autoestima o tu situación laboral te haya obligado a silenciar tus verdaderas opiniones.

Te dejo las claves que yo misma sigo y te animo a ponerlas en práctica.

Busca el momento y el lugar adecuado para comunicar tus sentimientos. Puedes quedar para tomar café en un sitio tranquilo para que no se produzcan injerencias externas. La tranquilidad es para mí una de las claves para ser asertiva.

Estructura el mensaje que quieres transmitir en el que especifiques hechos, sentimientos y consecuencias. Y cuando expreses tus sentimientos no busques que tu interlocutor los encuentre justificados o los comprenda, únicamente estás transmitiendo tu punto de vista de las cosas.

De vez en cuando aprende a decir no. Es cierto que es incómodo decir que no a la petición de un tercero. Pero si consideras que tienes motivos o argumentos para hacerlo, adelante.

¿Y tú? ¿Practicas la asertividad en tu día a día?

 

 

 

 

 

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