El silencio es un elemento importantísimo que puede llegar a comunicar más que las palabras.
Es el gran olvidado cuando se habla de comunicación y sin embargo, el silencio es un elemento muy importante que puede llegar a comunicar mucho más que las palabras. En realidad la fuerza de la comunicación es el equilibrio entre las palabras, el silencio y la reflexión.
El uso adecuado del silencio cuando estás realizando una presentación en público te puede ayudar de forma inmediata a captar el interés y la atención del público. Me refiero al silencio como pausa oral de unos segundos en medio de un discurso. Su uso está especialmente indicado si quieres recalcar el interés de algo, o hacer pensar a la audiencia: expones la pregunta o comentario, dejas de hablar, miras al público a los ojos durante al menos 3 segundos, y continúas.
Atrévete a hacer un silencio previo al lanzamiento de un mensaje importante y verás el impacto positivo en tu audiencia. No sólo lograrás captar la atención previa sino que dotarás a las palabras posteriores de intensidad, simplemente por el hecho de haber realizado una pausa previa y de haber creado un “clima emocional”.
Pero no sólo hay que hacer el silencio, sino que además hay que enfatizarlo para darle aún más poder. ¿Y cómo? Pues dependerá mucho del contexto de tu discurso pero puedes utilizar una sonrisa, hacer un gesto con las manos..etc.
La persona que domina el arte de la comunicación en público sabe que el silencio en un discurso es poder. Cuando uno se mueve tranquilamente y con seguridad en un escenario puede abusar del silencio. No le asusta, sino al revés, disfruta con las pausas y con la mirada atenta de la gente. Se permite el lujo de callar por unos segundos cuando quiere porque quiere y no tiene miedo de perder el hilo de su discurso.
Ahora que ya conoces el poder que puede llegar a tener el silencio, te animo a ponerlo en práctica en tu próxima intervención en público.
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